Hemos pensado que el edificio ópera de Busán será uno de los referentes de la ciudad. A ello contribuirá sin duda su uso predominantemente Cultural y en gran medida su singular emplazamiento en el puerto.

La escala de la intervención la medimos no solo por el tamaño o talla de los espacios necesarios según el programa específico, sino además por la de la ciudad que acogerá esta actividad eminentemente metropolitana.

Sobre la plataforma o basamento se instala el edificio contenedor de las salas con un desarrollo horizontal apreciable que lo proyecte hacia el mar recordando los diques existentes en los puertos comerciales tan característicos de este litoral.

El basamento no solo es la pieza que estabiliza el edificio estructural y formalmente sino que principalmente es la que lo enlaza con la ciudad configurando un plano público, un lugar urbano, un lugar de encuentro. Y lo contextualiza con su entorno más cercano de edificios de menor escala.

El edificio, a diferencia del zócalo, se concibe como una pieza autónoma perteneciente más al perfil urbano que al sitio específico donde se instala.

La Cubierta es el último elemento analizado, pero quizás sea el más representativo de esta propuesta. La idea surge de ahí: proyectar una plataforma longitudinal, inspirada en los muelles de la zona, que penetre en el mar.