Dos dúplex en el Campo del Príncipe
Se argumenta que la ciudad histórica  para que siga siéndolo, es decir para que siga viva,  requiere de actuaciones que vayan datándola a lo largo del tiempo. Este pulso continuo va incorporando al patrimonio heredado nuevas realizaciones que van modificando el perfil de la ciudad, cambiando su apariencia y actualizando su estructura. Tiempo y lugar son las coordenadas donde se mueve la arquitectura. La obra realizada se sitúa en un instante en la vida de la ciudad para ser ya pasado.

Se buscó la interrelación de la vivienda con la ciudad. La vivienda, sus espacios, se conciben como elementos que se complementan con la escena urbana, entendiendo que el sujeto que los va a habitar lo hará sin reconocer en él su marco referencial sin poseerlo. Su vivienda se polariza hacia la ciudad de la que procede. Los espacios de la casa se abren a la perspectiva lejana que ofrece la ciudad de una manera directa, vectorial. Y se funde  con una mirada más mediada con el entorno más próximo de la trama histórica donde se enclava la casa.

Se plantea una arquitectura activa con el medio, diverso en escalas, formas y tipologías. El edificio, sin renunciar a su marcada individualidad, intenta digerir en su estructura el entramado urbano más próximo y exponerlo a la ciudad. Su volumetría es más el resultado de esa lectura tensionada de la secuencia urbana que de la composición formal de sus diferentes piezas en relación a lo construido.

«El edificio, sin renunciar a su marcada individualidad, intenta digerir en su estructura el entramado urbano más próximo y exponerlo a la ciudad.»

Concepto

“Los pasos del habitante no pueden detenerse en un local, siguen un vector abierto, trazan una fuga sin fin, flecha lanzada al aire sin diana”.

La no existencia en este encargo de un programa dimensional específico, unida al hecho de que el cliente (entendido como destinatario final de los espacios por determinar; es decir el usuario o el habitante como morador de la casa que se quería proyectar) tampoco se conocía, incentivó la búsqueda de soluciones plurales a diferentes maneras de interpretar y de habitar la casa.

Se contó, desde el inicio del proceso de proyecto, con la confianza del cliente en el planteamiento de la metodología de trabajo, donde a priori se cuenta solo con las limitaciones inmediatas, físicas, del territorio sobre las que la pieza arquitectónica se instala.

Frente a normativas urbanísticas, el proyecto analiza y reconoce como limitaciones propias otras derivadas de un detenido análisis como son: las pendientes diversas del solar, en particular la de la calle Parra de San Cecilio a la que el edificio da frente, el estrangulamiento de la citada calle, la diferente cota y altura de los edificios colindantes. Todos los elementos que estructuran una respuesta de edificio particularmente atenta con su enclave físico, o lugar en el más estricto sentido, resolviendo su acuerdo con los edificios colindantes y, al mismo tiempo en una lectura más amplia, con la ciudad a la que se muestra.

Frente a una tipología o modelo inexistente, el estudio volumétrico y la relación hueco-macizo son elementos determinantes en esta propuesta que nace de la voluntad de leer lo que entendemos por las claves de un lugar que en la actualidad da una respuesta arquitectónica muy diversa en formas y escalas. La búsqueda de la adecuada escala de intervención ha sido un factor decisivo que ha condicionado todo, desde la implantación del programa específico, el ordenamiento y jerarquización de sus espacios interiores, y la selección, mediante la condicionada perspectiva, de las volumetrías externas del objeto arquitectónico.

La incorporación de esta pieza en el tejido urbano en la zona abunda en esa diversidad que consideramos que enriquece a la ciudad histórica; porque, finalmente, creemos en el mestizaje de elementos propios de la arquitectura y de los objetos que estos hacen posible.

«Su volumetría es más el resultado de esa lectura tensionada de la secuencia urbana que de la composición formal de sus diferentes piezas».

Ficha técnica

Proyecto: 2 DÚPLEX EN EL CAMPO DEL PRÍNCIPE
Situación: C. PARRA DE SAN CECILIO, GRANADA
Arquitecto: RAMÓN FERNÁNDEZ-ALONSO BORRAJO
Equipo técnico: LUIS CUADRADO SAENZ DE BURUAGA. ESTRUCTURA
Aparejadores: MIGUEL ÁNGEL JIMÉNEZ DENGRA
Promotor: FAMILIA RUIZ-JIMÉNEZ
Contratista: CONSTRUCCIONES MONTEFRÍO SL
Presupuesto total: 20.000.000,00 pts
Año de terminación: 2002
Superficie construida: 290,00 M2

Premios

3 C. Guia Internacional de Arquitectura Contemporánea C.Guide.

2023

Finalista

VII Bienal de Arquitectura Española

2003

Finalista – Premio Internacional

Premios FAD de Arquitectura

2003

Publicaciones

Revista Neutra 08. Pág. 61

Revista Wallpaper, diciembre 2002. Págs. 92-94.

Architecture News 2.

Revista Pasajes de Arquitectura y Crítica, abril de 2003. Págs. 30-33.

Catálogo Premios Fad 2003. Pág. 76-79.

On diseño nº 244.

Revista Vogue. Octubre de 2003. Pág. 156. Espacio Abierto.

Catálogo VII Bienal de Arquitectura Española, 2003. Pág. 250-260.

Revista Arquitectura Ibérica.

Caleidoscópio EdiÇao e Artes Gráficas. Portugal.

21st Century House. Ed. Lawrence King Publishing. Londres. Págs. 88-91.

Grupo Vía. Arquitectura Plus 2006. Págs. 48 y 49.